Soledad cuanto te anhelaba, pero el miedo de mi se adueñó, ¿es que ahora ya no tengo corazón? tuve el corazón herido, tuve el corazón dañado; un zapatero lo quiso reparar pero sólo de orificios lo pudo llenar, de ahí escapó el llanto y un susurro desesperado que decía: saca las esposas de tus manos, deja al zapatero con sus zapatos, y tú, toma lo que mereces, sé libre, disfruta de ti, sé quien debes ser, quien quieres ser,sé quien eres y no quien te imponen.
Sola con mi soledad, con mi amada mente en blanco, no quiero más que ella, porque el recuerdo es en vano, en realidad, no estoy sola, tu silueta me sigue, tus palabras me acosan, eso quisieras. Entonces ¿No tengo corazón? Tengo un par de sentimientos en cada mano, y un puñado de emoción en los pies, un corazón reparado que siempre me fue infiel, por que pensaba en no herirte, me ería a mí, pensaba en no lastimarte y de tus indesiciones e inseguridades fui culpable. Pero nunca fue así.
Ya desperté del coma, que anulaba mi reacción corporal e idiotizaba mi hablar y ahora reviví, presenciando constantes alegrías en mi soledad, la soledad que no existe desde que te fuiste.
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